Se trata de la cooperativa de trabajo La Poderosa, que fabrica bloques de hormigón.
Por Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com
Casi como una casa, la cooperativa de trabajo La Poderosa no está compuesta por un solo ladrillo.
La componen o se relacionan con ella muy de cerca la Municipalidad, el programa Envión, el Centro Integrador Comunitario del barrio Spurr, jóvenes que disfrutan de ser sus propios jefes y familias que dejan atrás sus ranchos para pasar a vivir en una vivienda de material.
Santiago Vázquez, trabajador social del programa Envión, sabía de construcción de bloques de cemento por su pasado en Los Pibes de Don Bosco y en 2015 decidió trasladar sus conocimientos a los chicos de Spurr.
Al principio fue todo a modo de prueba, con herramientas bastante rudimentarias y sin perspectivas de ingresar en el mercado.
Hoy, tres años después de los primeros bloques, que se fueron entregando a gente del barrio que de otra forma no los podría haber conseguido, el sueño de los chicos que integran La Poderosa es crecer, expandirse y formalizarse.
“Si bien los cinco chicos que actualmente forman la cooperativa salieron de Envión, y yo que los coordino también soy trabajador social del programa, la realidad es que ahora la fábrica de bloques funciona de manera independiente y está buscando tanto diversificarse como expandirse y formalizarse”, explicó Vázquez.
Es que la producción mensual ya se mide en cuatro cifras, sobre todo después de la nueva máquina que recibieron hace casi dos años del Ministerio de Desarrollo Social y que les permite fabricar muchos más bloques, más rápido y con menos esfuerzo.
“Al principio empezamos a hacerlo para probar, los chicos fueron aprendiendo el oficio y los bloques se los llevaba gente que los necesitaba, hasta que un señor nos hizo un pedido muy grande, una compra de 10.000 bloques con condiciones muy flexibles, que nos permitió aprender, empezar a organizarnos, hacer cálculos, etcétera”, agregó el trabajador social.
Actualmente, el destino de los bloques fabricados en el CIC de Spurr –-Esmeralda 1.450-- lo decide la Subsecretaría municipal a cargo de Cecilia Canosa.
“Por ejemplo, de este año sabemos que nuestros bloques fueron usados en casas de 70 familias, algunas de ellas construidas desde cero. La gente viene con los vales que les da la Municipalidad, que les encarga 2.000 bloques mensuales a los chicos a cambio de los materiales y una beca de $6.000 mensuales a cada uno”, detalló Vázquez.
Actualmente –-el plantel se va modificando--, la cooperativa –-de hecho-- está compuesta por Pablo Ullmann, Miguel Ullmann, Isaías Cartes, Emanuel Varela y Emanuel Villegas, todos de entre 18 y 23 años que trabajan de lunes a viernes por la mañana.
Junto con Vázquez en la coordinación está Ayrton Coria, de 24 años y también de Spurr, quien ostenta el honor de ser el primer beneficiario del programa Envión en pasar a integrar el equipo técnico del mismo, en toda la ciudad.
“Tenemos el acuerdo con la Municipalidad desde hace un año, los chicos reciben su beca, pero actualmente necesitaríamos una mano más grande”.
“Queremos que nos ayuden a formalizar la cooperativa, aumentar la producción y diversificar, ya que con máquinas similares a la que tenemos ahora se podrían hacer postes de cemento, baldosas, pavimento articulado y otras cosas. Los chicos están organizados y saben que en los mismos tiempos que manejan hoy pueden duplicar y hasta triplicar la producción, así como también pensamos que se podría duplicar --y un poquito más también-- el monto de la beca, que no se actualiza desde el año pasado”, comentó Vázquez.
Además, el coordinador contó que la salida laboral podría alcanzar a más chicos del programa Envión, idea de los integrantes actuales de La Poderosa, que quieren que otros tengan la misma oportunidad que ellos, y de los propios menores de edad que están acostumbrados a ver la fábrica en marcha y le comentan a Vázquez que cuando cumplan 18 les gustaría ser parte de la misma.
“Sabemos que tendríamos ventas, claramente nuestro objetivo no es competir contra un corralón, pero podemos abastecer a la Municipalidad por un lado y facturar a nuestros clientes por otro. Tenemos buen precio y habitualmente nos hacen muchos pedidos que no siempre podemos tomar, ya sea para hacer un quincho, agregar una habitación o construir un baño”.
“La construcción con estos bloques de hormigón tiene ventajas: necesita menos mezcla para pegarlos, se construye más rápido y se evita el revoque grueso. En cuanto a las viviendas de emergencia a las que abastece la Muni, que pueden ser, por ejemplo, de 6x4 metros, necesitan 750 bloques que nosotros podemos hacer en solo tres días”, concluyó Vázquez.
La nueva
Creado por Julio Torreguitart