En los últimos 18 meses se cerraron más de 10 establecimientos educativos en la región. Cientos de instituciones tienen menos de 10 alumnos.
Agencias de La Nueva
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El cierre de los ramales ferroviarios en la década del 90 inició un proceso de éxodo de los pueblos bonaerenses hacia las ciudades que no tuvo retorno. Esta situación derivó en la existencia de parajes prácticamente deshabitados que hoy luchan por no desaparecer.
Las escuelas y jardines rurales no han sido ajenos a esta realidad. Cuantas más familias abandonan sus terruños en busca de nuevos horizontes, más escuelas corren riesgo de cerrar sus puertas. Y un paraje sin escuelas no atrae a las personas a radicarse. El círculo cierra en más éxodo.
Más allá de que las autoridades educativas aseguraron hace algunos días mediante un comunicado en la página de la Dirección General de Escuelas que “no cerrará ninguna escuela del territorio provincial y no se dejará de brindar ningún servicio”, el cierre de un jardín en Lartigau, Coronel Pringles, que tenía un solo alumno, encendió un alerta.
En el mismo distrito, el 22 de marzo, cerró sus puertas la Escuela Nº 28 Fragata Sarmiento en el acceso a Indio Rico. Y la situación no es más alentadora en otros disttritos.
En Coronel Suárez se vivió una de las situaciones más críticas en este sentido ya que en lo que va del año cerraron sus puertas 5 escuelas rurales. Además, en 2016 se dio el polémico cierre de la EP Nº 35 del Paraje La Uruguaya.
Para Jacqueline Dome, Consejera Escolar del Frente Renovador lo que preocupa, además del cierre de los establecimientos es la matrícula decreciente de los que siguen funcionando.
Los campos tienen cada vez menos empleados y la movilidad hizo que los alumnos de las escuelas rurales se integren en las escuelas de ciudad.
En Adolfo Alsina, el año pasado cerraron dos escuelas: la N° 8 de la Estancia La Concepción y la N° 27 del paraje La Porota y el jardín Nº 6 que funcionaba allí, porque no tenía matrícula ni proyección.
Viviana Romero, secretaria General de la Unión Educadores Bonaerenses de Adolfo Alsina indicó que el descenso de la matrícula se da también en las escuelas urbanas.
“Faltan políticas de Estado para que el distrito crezca y pueda brindar fuentes de trabajo para que nuestra gente no se vaya”, dijo y destacó que la población rural es golondrina; son trabajadores y no dueños de los campos.
La inspectora jefe distrital Mariana Rodríguez, aseguró que no hay escuelas en riesgo de cierre porque las de baja matrícula tienen matrícula proyectiva, es decir, que en los próximos años se prevé el ingreso a la primaria de chicos que hoy asisten al jardín.
En Villarino, sobre todo en la zona sur, la cantidad de alumnos varía mucho según sea o no período de cosecha.
Según datos proporcionados por Suteba, hay 35 escuelas con menos de 8 alumnos y 11 Jirimm (Jardín de Infantes Rurales de Matrícula Mínima). En La Planchada, la EPNº 42 y el Jirimm Nº 6 empezaron el año sin matrícula. Autoridades educativas salieron al campo a buscar alumnos y hoy funcionan con dos alumnos cada una.
En Saavedra, el año pasado cerró la EP Nº 21 ubicada en el Abra del Hinojo, aunque no por resolución sino que está a la espera de contar con matrícula.
En Coronel Dorrego, hay dos casos de escuelas rurales a las que asiste un solo alumno: la EP Nº20, de Centro Urquiza y de la EP Nº 22 del paraje La Gloria. Fuentes de un sindicato local no descartaron que en 2018 se fusionen ambos establecimientos.
En la cabecera, la EP Nº34 estuvo a punto de cerrar en el presente ciclo lectivo pero la comunidad lo impidió.
En Coronel Pringles, los establecimientos rurales de menor matrícula son la EP Nº 36 de Las Lomas y la EP Nº 9 de El Pensamiento, con 2 alumnos. Fuentes educativas aseguran que ambas tienen matrícula proyectiva.
Más allá de las especulaciones lo cierto es que la escasez de alumnos deriva en el cierre de muchas escuelas rurales y la tendencia parece no revertirse.
Fuente: La Nueva
Creado por Julio Torreguitart