Referentes de Uticra reclamaron el cierre de las importaciones y propusieron empezar a fabricar zapatos de alta calidad con cuero argentino premium. “Corremos riesgo de desaparecer”, dijo la delegada regional Mariela Holzmann.
La Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (Uticra) se declaró hoy en estado de alerta y movilización nacional, al tiempo que reclamó al gobierno el cierre de las importaciones y ayuda para reconvertir la producción. “Los números no mienten. Esta es la industria más perjudicada del país y corre riesgo de desaparecer”, alertó Mariela Holzmann, delegada regional del gremio.
La sindicalista señaló que una muestra de lo que sucede es “la realidad de los talleres de calzado de Coronel Suárez, que es muy negra”.
“De los más de 50 microemprendimientos que empleaban más de 700 personas, hoy quedan solo dos: uno tiene dos personas en blanco y el resto no se sabe; el otro cuenta con muy pocos trabajadores y distribuye su producción en el país”, describió.
Mencionó que la realidad también es compleja en otros sitios, como Pigüé. Allí, según dijo, hay un taller “que tiene un horizonte muy complicado y no sabe si terminará el año abierto”.
Holzmann enfatizó que se debe trabajar para reconvertir al sector, para lo cual es clave frenar al menos por un año la importación de capellada y de calzado terminado.
“Para recuperar la industria del calzado proponemos empezar a producir, con lo nuestro, zapato de cuero de alta calidad. Pero es difícil esta reconversión si siguen cerrando talleres”, advirtió.
La gremialista señaló que un plan de reconversión podría recuperar 30 mil nuevos puestos de trabajo, aunque -aclaró- “se necesita la ayuda del gobierno”.
“Argentina exporta anualmente 1.000 millones de dólares en cuero. Si se procesara ese cuero en el país (para hacer zapatos), se incrementaría la cadena de valor y se llegaría a una cifra exportada de 5.000 millones de dólares”, señaló.
Se importa cada vez más, pero el precio no baja
Mariela Hozlmann dijo que está probado que la apertura de las importaciones “no provocó que haya disminuido el valor final del calzado en el mercado interno”, como esperaba el gobierno.
“En contrapartida -dijo- se ha producido una gran cantidad de cierres de medianos y pequeños establecimientos fabriles, reducción de personal y pérdida de puestos de trabajo, entre despidos directos o encubiertos”.
Según datos oficiales del Indec, en 2017 se importaron 34.603.032 pares de calzado. Esto representa un 25% más que en 2016 y un 54% más que en 2015.
“Es una mentira que en la góndola el zapato cueste menos por ser importado y por el volumen que ha entrado. Sin embargo, cada ciudadano argentino hoy tiene al menos un par de calzado importado en su casa. Así la industria nacional no puede resurgir”, finalizó. (Agencia Coronel Suárez)
Creado por Julio Torreguitart