Con las altas temperaturas llegan las recomendaciones para cuidar que los alimentos que requieren de una temperatura baja para su conservación no pierdan la cadena de frío. La Dirección de Bromatología del Municipio brinda importantes y simples recomendaciones.
El verano se instaló en la ciudad y con la llegada de las altas temperaturas, también deben llegar los cuidados para mantener la correcta temperatura de conservación de algunos alimentos que dependen directamente del frío para su posterior consumo.
Es por ésta razón que junto al área municipal de Bromatología compartiremos información importante sobre cómo conservar la cadena de frío.
Como primera medida esta área municipal realiza un estricto control de todos los vehículos de transporte de alimentos que entran a la ciudad. Este control se realiza en la cabina sanitaria con la que cuenta el Municipio –ubicada al ingreso del Sector Planificado Industrial, Boulevard 40 y Ruta 51-, donde se controla la temperatura de estos transportes, para de así asegurar que los alimentos llegan con el frío correspondiente.
En cuanto a algún tipo de tolerancia en los parámetros de temperatura, la misma es muy escasa, dado que la Dirección de Bromatología se ajusta a lo que la ley reglamenta.
En los comercios se realizan controles de rutina en las cámaras o heladeras que posea el comercio, aparte de controlar el producto en sí. Estos controles se realizan durante todo el año, acentuándose en la época estival.
Si por ejemplo el producto se exhibe en una heladera que no alcanza la temperatura que ese producto necesita, amén de estar a baja temperatura, esto representa un riesgo para el consumidor, dado que ese producto estuvo durante el tiempo que transcurre hasta su venta perdiendo la temperatura necesaria para su conservación y consumo. Principalmente en pollos y pescado, dado que son productos muy sensibles a los efectos de pérdida de frío.
Los efectos de no mantener la cadena de frío de un producto (pollo o pescado por ejemplo) en un primer momento, es la propagación de bacterias, la cual es muy rápida y conlleva un importante riesgo para el consumidor transcurrido un determinado periodo de tiempo fuera del frío. Es por esto que es primordial llevar nuevamente al frío los productos que requieran de éste para ser aptos para su consumo.
Una correcta planificación del recorrido de compras, puede ser un aliado al momento de la conservación del frío, dejando para último momento la compra de carnes, lácteos, pollos, pescados, etc., para así evitar la propagación de bacterias.
También, el consumidor tiene que tener en cuenta mantener el frío de los productos, de la mejor manera posible ya que, una heladera domestica tiene una temperatura entre 0 y 5 grados. Lo ideal es que productos tales como pollo o pescado, se consuman de manera inmediata o de lo contrario conservarlos en el freezer o congelador.
Al momento de descongelarlos, no hacerlo con agua caliente, sino dejarlo descongelar en la heladera durante aproximadamente un día. Es más seguro descongelar la carne en forma progresiva en la heladera, o rápidamente en el microondas, que hacerlo en la mesada de la cocina, a temperatura ambiente. Es importante mencionar que una vez descongelado, el mismo no puede ser congelado nuevamente.
Si tenemos en cuenta observar los rótulos de los productos, una planificación de las compras y una correcta conservación en nuestros hogares, lograremos mantener la tan importante cadena de frío de los productos.
Creado por Julio Torreguitart