Tras las duras críticas de asociaciones de consumidores, de la oposición y hasta de sus aliados políticos, el Gobierno renunció esta semana a la idea de cobrar en 24 cuotas un adicional sobre las facturas de gas para compensar a las empresas por la devaluación. La decisión descomprimió el debate político, pero los bolsillos de los usuarios no podrán sentirse muy aliviados. Porque, aun sin ese cargo extra, las familias deben enfrentar desde el 1° de este mes, según su categoría, tarifas 20% a 60% más caras que las que rigieron hasta septiembre, y 100 a 230% más altas que las vigentes hace sólo un año, con el mayor impacto concentrado en los hogares de consumos medios y bajos.
En esto no hay marcha atrás a la vista. Así, la única chance de tener algún alivio será para las familias consumir menos gas. Un objetivo que, según especialistas, hoy es posible en la gran mayoría de los hogares de la Ciudad de Buenos Aires, pero requiere que adopten hábitos de ahorro energético y, especialmente, que inviertan en instalar los artefactos de mayor eficiencia. Es decir, los que logran cumplir su función con un uso de gas mucho menor.
El análisis de los nuevos cuadros tarifarios arroja que a partir de ahora, si los valores no sufren nuevos incrementos, un hogar porteño típico de consumo medio -tres personas en un tres ambientes de 65 m2- deberá pagar $ 17.051 por las facturas de los próximos 12 meses para sostener su uso anual de 1.161 m3 de gas. Y de ese presupuesto, más de $ 3.200 serán sólo para mantener encendido el piloto del calefón o el termotanque.
Así lo calcularon expertos de la Universidad de San Martín (UNSAM), donde llevan largos años estudiando los consumos hogareños de energía del área metropolitana.
A partir de esas investigaciones, allí caracterizan ese “hogar típico” porteño como uno que destina el 47% del consumo de gas a calentar agua (con aparatos de más de tres años de antigüedad o con nivel de eficiencia “B” o inferior), otro 43% para calefaccionarse (con estufas de tiro balanceado) y el 10% restante para cocinar.
Con cargos fijos e impuestos incluidos, esos consumos generarán desde ahora una boleta promedio de $ 2.842 por bimestre para ese usuario. Pero los especialistas plantean que la misma familia puede empezar a reducir ese gasto de inmediato en un 35% si encara un “salto de eficiencia”.
Fuente: Clarín.
Creado por Julio Torreguitart