Bullying, acoso, violencia escolar; más allá de las cuestiones semánticas de cómo nombrar al fenómeno –válidas, pero a veces paralizantes-, el problema existe y es necesario ocuparse.
Así lo entendió la doctora Guillermina Rizzo, autora del libro Violencia escolar: un modelo para des-armar y líder del proyecto Ciudades sin Bullying, con cuyos integrantes estará presente hoy en Mayor Buratovich y mañana en Coronel Suárez.
La disertación en la localidad villarinense será a las 10, en el Fútbol y Tenis Club, y estará dirigida a docentes, equipos de orientación escolar, servicios locales, comisarías, grupos scouts, referentes religiosos y profesionales de entidades deportivas, entre otros.
En paralelo a esta charla se hará un taller con los alumnos de 5º año de la ES Nº2, quienes luego serán los encargados de multiplicar lo aprendido.
Mañana, la cita será en el CD suarense, también a las 10, y con la misma modalidad de taller paralelo, en esta oportunidad, en la Escuela Nº 12.
“En el pasado alguna persona pudo haber sido blanco de bromas en la escuela pero la sociedad recién empezó a manifestar una mayor preocupación luego de distintos hechos extremos que cobraron estado público”, dijo Rizzo.
“Estos hechos muchas veces han terminado en la muerte de algún adolescente o con algún joven desfigurado producto de los golpes”, se lamentó.
En el caso de Ciudades sin Bullying, la decisión de utilizar este concepto parte del hecho de que es el término que usan los chicos y adolescentes.
“Que tengan incorporada esa palabra ya es un adelanto porque les permite denunciar, enunciar y contar”, añadió.
Rizzo aseguró que el solo hecho de que un chico pueda expresar lo que le pasa, es un paso muy importante.
“Los más pequeños lo dibujan o lo disfrazan en alguna historieta que inventan. A menor edad se requiere mayor atención porque quizás aún no tienen la posibilidad de ponerlo en palabras”, evaluó.
También indicó que este tipo de problemas multicausales y complejos se resuelven con intervenciones de las mismas características, y que la responsabilidad en la búsqueda de soluciones no son exclusivas ni del ámbito hogareño ni del educativo.
“Ambas partes deben hacerse cargo y tienen responsabilidades. También, cada ciudad tiene sus recursos y actores sociales para abordar esta problemática y salir adelante”, destacó.
En cuanto a los escenarios que son caldo de cultivo para que las conductas violentas emerjan, mencionó a las familias en donde el maltrato es lo cotidiano o el padre se dirige en forma violenta hacia la madre.
Hay distintas formas de ejercer bullying: el hostigamiento, la intimidación (el clásico “te espero a la salida”, que provoca que el chico no quiera ni salir a los recreos) y la coacción y la manipulación social (del tipo “no invites a fulanito a tu cumpleaños”) son algunas.
También la exclusión (como en 2005, con la ficción Patito Feo, con la irrupción de las Divinas y Las Populares) y la agresión física, son típicas de bullying.
"En todas las ciudades se puede trabajar para lograr que todos puedan hablar con el mismo código para decir No al maltrato", remató Rizzo.
Creado por Julio Torreguitart